viernes, 6 de febrero de 2015

Los tres mega Titanes


Capítulo V: Manos a la Obra


                La música rodeaba la habitación… aun no entendía lo que ocurría muy  bien, solo sonidos sin significados, me entristecía que no podía salir de aquí. Mis sueños eran angustiantes al comienzo, pero me dejaba ciertas señales. Extrañaba a todos, quería a mi familia. Padre lo imaginaba en mis sueños que trabaja de sol a sol. Solo su mano en mi hombro se mantenía aunque mis brazos sangraban mientras resistía los latigazos de la sombras, los espadazos de la soledad en la oscuridad del completo silencio.

                -lo llamaba… ¡padre! ¡Padre no te vayas! ¡No me dejes solo!

Solo sentía que me miraba aunque me daba la espalda cuando realizaba su trabajado, sus pisadas se iban haciendo cada vez más pesadas, pero aun sentía su mano en mi hombro. Padre se iba desvaneciendo en mis sueños, las sombras se querían hacer con él.

                -padre no… tu ¡no!, tú debes cuidar a Eafed, Eajep , acompañar por siempre a ¡madre! , padre… ¡corre!

                -sss sss ni siquiera el viento nos alejara de tu padre murmuraban de fondo las sombras

                -¡no malditas sombras! Primero tendrán que venir a por mí…

Despertaba a media noche empapado de sudor,  cogía de inmediato la pequeña espada que estaba junto a mi lado, masticaba la comida que tenía guardada en un plato. Golpeaba al muro para llamar nuevamente a los esqueletos. Había perdido la noción del tiempo cuantas sueños o veces realizaba el mismo entrenamiento. Algunas veces aparecían una pareja de esqueletos, otras veces cuatro, me veía más complicado cuando se unía el golem al enfrentamiento.

Cuando me sentía demasiado exhausto a más no poder mantenerme en pie. Aparecía Rohxo para obligarme a descansar.

                -¿Qué te ocurre Argod? Nuevamente has tenido tus pesadillas

                -grrr grr tu que sabes de pesadillas solo sirves a un brujo con criaturas igual de feas que tu

                -Por esa respuesta, debo suponer que sigues siendo un cobarde

                -grrrr ya verás que te derrotare cuando haya descansado

                -jajajajajaa ni en un millón de años podrás hacerlo pequeño ingenuo ¿Cuánto tiempo crees que llevas en tu ridículo entrenamiento?, apenas sabes manejar algo la espada, pero ni siquiera saber dominar lo más básico de los principios de la magia

                -¡la magia es para los débiles! ¿Cuánto combatirás como un hombre?

                -pequeño pequeño, acuérdate bien quien es tu enemigo, sino quieres perder a toda tu familia, deberás ser más fuerte.

Cuando me traían el agua para que tomara un baño, el cabello me había crecido bastante, al luchar con los esqueletos me percate que eran algo más pequeños. También mis golpes sonaban más fuertes. Eso me entusiasmaba un poco.

                .Argod si ganas en este enfrentamiento  con un esqueleto, te daré algo de información sobre Eafed

                -acepto Rohxo, veras que la magia no es todo.

                -veamos si logras algo

                -plaff plaff plaafff plaff plaff

                -¿bueno que tienes  contarme?

                -jajajajajaja bueno en estos tres  años y medio sería absurdo que no hubieras mejorado  con la espada. Tú hermano Eafed de ser un novato, dejo de  ser aprendiz y ahora está en el rango de Mago Avanzado. Sigue perteneciendo al Grupo Copas Almizcladas. Según mi informante será trasladado a una aldea llamada  Nurtem cerca de las cataratas Almas Vivas  para especializarse  en alguna disciplina, va con un pequeño grupo de compañeros.       

                -¿Qué opinas? Acuérdate que también eres un aprendiz de mi maestro.

                -Rohxo como voy a pensar que soy su discípulo si me tienes aquí encerrado.

                -pero si tú te los has buscado con tu rebelde comportamiento, tus habilidades mágicas tampoco pueden ayudarte por lo malas que son.

                -si estuviera más a gusto, quizás aprendería más rápido.

                -Sinceramente Argod creo que tú calzas más en el Gremio de los Guerreros, podría ser de artesanos o comerciantes. También podrías optar a ser mensajero como tu padre, pero tu padre con mi Amo han llegado al acuerdo que tú con tus hermanos serán aprendices de brujo.

                -¿pero qué quieres que haga si ni siquiera siento la magia, lo único que se me da bien usar las armas?

                -Desde la entrega de este anillo confiado a mí de mi Amo, hare todo lo posible de que tengas habilidades mágicas aunque no llegues a ser un brujo.

                -Lo único que te puedo prometer Rohxo que me haré lo más fuerte posible con las herramientas que tenga a mi alcance.

                Continuaron los incansables entrenamientos de Argos, cada minuto lo aprovechaba, Rohxo en sus alcances mágicos intentaba hacer lo mejor posible para en encontrarles rivales que aumentaran su sentidos de supervivencia, algunos días lo dejaba meditar para reencontrarse con sí mismo. Al terminar el entrenamiento con Argos recopilaba la información que tenia de Labhol de los avances de Eafed, después elaboraba la carta más resumida posible para enviarle a Treouknu.

&

                -Pirria anda a buscar Nefgu para que no se distancie tanto de los demás, estamos en un territorio que no conocemos del todo.

                -por esta vez lo hare, no se les olvide que no soy su recadera. ¿De acuerdo?

                -sí, si Pirria solo por esta vez por favor que Aunora quedo retrasada por el pesado bolso que trae.

                -Tenme mi bolso Eafed me demorare menos en alcanzarlo si voy corriendo.

                -Me quedare junto a ese gran árbol que está al borde del camino, será el punto medio entre Aunora y tú con Nefgu

               

                Llevábamos dos semanas de viaje, mi grupo lo pude formar meses después de la perdida de Jeimbum, me hubiera sentido solo si no hubiera sido por la ayuda de Labhol que ha estado siempre a codo a codo con mis avances, no era muy veloz por el pie artificial que tenía, aunque era más un madera bien adornada más que otras cosa. Mi grupo de Copas Almizcladas estaba en conocimiento de Labhol aunque a él no le gustaba compartir con ellos. Solo salía de su cofre cuando me encontraba solo.

                -¿Qué estás haciendo Labhol?

                -he estado confeccionado algunos artefactos para disminuir posibles ataques que puedan llegarnos cuando estemos distraídos por la noche.

                - jajajaja siempre tan prevenido ¿Qué sería de mi sin ti?

                - lo más probable que ya te hubiera matado o serias una muestra circense de alguna tribu de orcos, trol o demonios.

                - por lo menos podría ser más positivo o más gracioso Labhol…

                - hare el intento. Seguiré  en mi asunto que viene uno de tus compañeros.

Siempre me sorprendía los buenos sentidos de Labhol  detectaba a cualquier ser antes que yo, a veces pensaba que era por las grandes orejotas que tenía, otras veces pensaba que podía tener algún artefacto o sensibilidad mágica.

                -ufff ufff Eafed deberías venir ayudar a una dama en apuros, además soy una de tus primeras compañeras en Copas Almizcladas ¿acaso ni siquiera te gusto para que me ayudes?

                -tu sabes que no es eso ¿creo que te advertí que no tenías que viajar muy pesado? Es un viaje algo largo, pero no era necesario ir tan lleno de cosas que no ocuparemos. En esto camino debemos estar atentos, juntos para evitar los riesgos posibles.

                -blablablabla tu siempre tan serio y prudente… Somos cinco magos ya avanzados no somos simples aprendices de Magos. ¿Crees que nos ocurrirá algo?

                -Si pretendes regalar tu vida alguna sombra o estas dispuesta que te rapte una pandilla de orcos o trol y te violen bien por ti, pero yo no quiero pasar por eso.

                -jajajajaaja ¿sí que te pones trágico no?

                -deberías ser más cuidadosa Aunora uno nunca sabe quién podría estar observándonos o preparándonos una emboscada. 

                - pero bueno si ya me tienes aquí ¿tienes alguna idea para arreglar el asunto de mi bolso?

                -realmente no se me ocurre nada, parece que tendremos que dejarlo tal cual está, por ultimo deberíamos movilizarnos más lentamente cuando lleguen los demás.

                -¡Hey! Acá, yo tengo la solución Eafed.

                - ah Labhol ¿qué tienes en mente?

                -Creo que Aunora debe seleccionar lo más importante, pasarte algunas cosas a ti, otras a mí, las demás quemarlas.

               

La idea de Labhol no le parecía muy simpática a Aunora, pero estuvo de acuerdo por el cansancio que le ocasionaba llevar tantas cosas, aun nos quedaba medio camino para llegar a Nurtem. Ocupamos las cosas más inservibles para hacer la fogata, de ahí preparáramos algo de comida esperando la llegada de Pirria con Nefgu.

Una de las personas que Labhol tenía confianza en mostrarse era Aunora, se llevaban bien, aunque es bastante porfiada, era bastante ordenada con buenas calificaciones. Mientras que ella ordenaba sus cosas, yo me dedicaba a la fogata con la comida. Labhol observando que ya caí la noche, estuvo colocando los nuevos  artefactos.

                -¿no crees que se han demorado mucho?

                -Amo creo que les tuvo que haber ocurrido algo a los muchachos, escucho a una respiración acelerada que viene más allá de la roca que da vuelta detrás de ese árbol verde oscuro.

                -Aunora Cúbreme la espalda, Labhol presta atención alrededor, no haremos nada hasta que veamos de quien esa respiración entrecortada.

                -Eafed ¿no deberías ir en auxilio de esa persona?

                -pensaría lo mismo que tu Aunora, por eso mismo, prefiero esperar a ver quién es primero. Solo estamos nosotros tres y se han demorado demasiado los muchachos. Tenemos que ser lo más prevenido posible.

De los casi cuatro años que Labhol estaba junto a Eafed él siempre le narraba el casi secuestro que había tenido Argod, también las consecuencias de su falta de poder y habilidad de juzgar la acciones después del enfrentamiento de la sombra Jeimbum.

                -Aunora por esta vez prefiero que estés atenta y no me hagas más preguntas

                -buen dicho Eafed, todos concéntrense en lo que viene por ahí.

Se escuchaba más fuerte el jadeo, el sol casi no percibía el ocaso se hace más presente, los nervios los tenían a flor de piel.

                 A unos pasos se veía una mujer que corría, corría hasta acercarse  a nosotros sin ninguna acción aparente, Labhol estuvo a punto de hacer un movimiento, antes la chica llego a mi intentando abrazarme.

                -Di un paso atrás ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?

                -uf uf uf rápido, hay dos magos en apuros, estaba defendiendo el carro de mi padre

                -¿Qué dices? ¿Quién los ataca?

                -¡es un grupo de demonios! Feos, verdes algo pequeños pero numerosos, los magos están haciendo lo posible para defenderse.

                -¿Labhol que crees que podemos hacer?

                -mmm Aurona debería quedarse acá con la muchacha cuidando las cosas, Eafed tu y yo es arriesgado, pero hacemos un dueto con mayor probabilidad de éxito.

                -estaba pensando lo mismo, ¿Aurona sino te molesta podrías aceptar el plan de Labhol?

                -bueno, pero partan luego antes que se haga más tarde, no me agrada la idea de quedarme sola o de protectora.



Dejamos el campamento lo más protegido posible, Rohxo dejo activado sus nuevos artefactos, yo deje en las esquinas muy iluminadas, la fogata que se encontraba en el centro se veía de normal a pequeña por las otras fuentes de luz que deje encendidas antes de partir a buscar a los muchachos.  Mientras avanzaba iba pensando en cuál de todos los conjuros iba hacer el más adecuado, mis pasos aun no estaban bien adaptados a las marchas veloces, debido a eso Labhol se adelantaba. La elección ante esta situación fue invocar a un cuervo que vigilara desde el cielo.

Cuando el cuervo se elevaba Labhol ya había pasado el árbol se había agazapado detrás la roca.

                -Amo sshhhhh venga con cuidado. Siento algo a lo lejos

                -apague la antorcha que pensaba llevar para alumbrar el camino

                -Eafed de aquí en adelante iremos lo más silenciosamente posible, escondiéndonos para aprovechar la ventaja de la sorpresa. Sería buena idea que  el cuervo avanzara primero para analizar mejor la situación.

Siempre me parecía bueno los planes de Labhol , un poco lentos para prestar auxilio por mi lentitud al avanzar, pero era bastante efectivos en el momento de actuar.

                -La carreta está cerca Labhol el cuervo ya la ha identificado, son un grupo de goblins que desea quedarse con los bienes del mercader.

                -Eafed ya logro distinguir lo que está sucediendo, veo un círculo de fuego al parecer creado por Pirria, unos cuantos esqueletos manipulados por Nefgu hacen lo posible para mantener a los goblins a raya. Sin nuestra ayuda no pasaran la noche.

                -Tengo una idea ¿pero tú que tienes en mente Labhol?

                - Crea un golem de inmediato iras con él desde esta dirección, para darte algo de tiempo quemare un árbol al costado de la carretera, volveré hacia a ti, cuando vuelva tendrás que hacer el esfuerzo de invocar lo máximos esqueletos posibles.

                -Labhol ya comencé con la preparación del golem, cuando vuelvas despues de quemar el árbol, avanzaremos los tres con el golem, cuando nos acerquemos a la carreta y nos juntemos ocn los muchachos, quizás tenga algo de energía para invocar unos esqueletos. Pero de momento solo podre generar al golem…

                -Maestro yo sé que tú puedes, pero si estas más seguro con tu plan, haremos eso, voy y vuelvo, mantente atento.

El mercader a pesar de estar asustado por todos los goblins que los rodeaban, poseía una mezcla de expresiones en su rostro, sino fuera por la ayuda de los magos hubiera dejado ya abandonada su carreta, aun tenia presente que su hija había ido por ayuda, él tenía que hacer lo posible para que ella tuviera donde volver a su regreso. Pirria con su barrera de fuego, había contribuido que Nefgu pudiera recuperar algo de energía para seguir invocando esqueletos mientras algunos caían en batalla. De la nada estallo un árbol que ilumino en gran medida el oscuro camino ya habiendo caído la noche.

                -¿Qué ha ocurrido? ¿Pirria has sido tú?

                -No… yo no hecho nada, solo estoy concentrada en mantener la barrera de fuego

                -hay que estar atentos, no descuides la barrera. Intentare juntar energía, mientras algunos esqueletos están atentos, intentare mover de a poco la carreta con el mercader para acercarnos a los muchachos, quizás que planes tenga estas asquerosas criaturas.

Los Goblins también se habían asustado, pero la ambición por los tesoros que podía tener la carreta los tenía con su ataque, además pensaban que el fuego era un truco de los magos.

La carrera se iba moviento poco a poco, se notaba el semblante cansado de Pirria por intentar movilizar la barrera de fuego, esqueletos iba cayendo lentamente por el ataque de los goblins que no pretendía dejar que su mercancía se moviera.

                -Mercader puja lo más que puedas, tenemos que moverla lo más posible antes que me quede sin esqueletos.

                -Nefgu ¡date prisa! No sé cuánto más podre aguantar con la barrera.

                -plaf plaf plaf los esqueletos caían ante los arrojados ataques de los goblins

                -¡Pirria agachatee!

Había sido demasiado tarde dos goblins habían saltado sobre ella, solo quedaba un esqueleto que protegía la espalda de Nefgu. El intento de acercarse a sus amigos había sido demasiado peligroso, pero la única alternativa para intentar acercarse, no habían podido resistir hasta el amanecer. Nefug corrió en su auxilio dejando la carreta con el mercader solo,  ambos goblins intentaban arrancarle la ropa a Pirria mientras buscaban objetos de valor.



Después de una larga espera Eafed ya había invocado al golem, se encontraba sentado recuperando energías, esperando que llegara Labhol, el cuervo le avisaba que tenían que darse prisa. No le quedaba otra opción que ponerse de pie e ir en la ayuda de sus amigos en la ausencia de su Sirviente.  Su paso al andar era bastante lento, pero ya le quedaba menos distancia, podía verlos, El golem era pequeño pero fuerte y rápido, se adelantó por las órdenes de Eafed. Se distancio rápidamente llegando a la carreta junto al mercader que estuvo a punto de atacarlo, él lo esquivo y le saco tres goblins que estuvieron a punto de acabar con su vida. A Eafed aún le faltaba camino por recorrer mientras tanto buscaba con el cuervo donde podría estar Labhol.

                -¡ayúdame Nefgu!

                -ya voy Pirria resiste un poco mas

                -Por lo visto ustedes dos necesitan un sirviente tan bien entrenado como el que tiene mi amo, estaba esperando que los goblins le quitaran algo me ropa a Pirria pero tenía que asegurarme que no peligrara su vida. 

                -Tipico de ti Labhol, sino fuera por mi báculo, ya me habrían quitado toda mi ropa y bienes.

                -bueno ya estoy aquí para ayudarles.



Algo que apreciaban los muchachos era la dedicación y los grandes artefactos creados por Labhol, cuando él estaba cerca todo funcionaban mejor.  Antes que Nefgu llegara a Pirria, el sirviente de Eafed se habían hecho casi invisible con la oscuridad de la noche, lanzo dos de sus artefactos que eran como bombas incendiarias que hicieron replegarse a los goblins que atacaban a Pirria. No había tiempo de confiarse, Labhol le entrego unas piedras a engarzadas a Pirria, ella recupero una parte de su energía volviendo a levantar la barrera de juego. Eso permitió alumbrar bien la zona.  El mercader se encontraba con varios cortes leves, pero la sangre que emanaba le daba un aspecto de cansancio y fealdad.  El golem había acabado con varios Goblins que corrian para salvar su vida. Cerca del perímetro de la barrera de fuego recién había llegado Eafed  con el cuervo en su hombro.

                -Chicos por lo visto he llegado justo a tiempo

                - (ambos chicos) ¡Eafed! ¡Nos alegra que hayas llegado!

                -Eafed desde ahora en adelante ¡iremos todos juntos! No me agrado la idea de ser la recadera que tiene que llegar al auxilio de un bobo como Nefgu que es especialista de encontrarse mil problemas.

                Estando los tres juntos pudieron repeler el ataque de los goblins que solo deseaban las mercancías del viajero. Estaban algo cansados,  pero con el golem y todos a la vez llevaron más rápido la carreta donde estaba la fogata. Aunora tenía todo preparado había aumentado la comida, también había  mejorado el campamento.



&



Ahora podía recorrer los puntos de protección creados por mi maestro, como aun no tenía habilidades mágicas Rohxo siempre estaba cercano a mis pasos, era como si fuese mi sombra, me sorprendía la rapidez, agilidad que poseía un ser tan pequeño como Rohxo pero muy hábil a la vez. La siguiente expedición que realizamos fue en las Crestas del Dragon Negro, llevaba más de dos semanas entrenando diferentes conceptos empleados por Rohxo, no entendía que quería conseguir o que cosa estaba buscando. Durante la hora de descanso como encontramos varias pescados estábamos felices. Rohxo me contaba que como aprendiz de brujo tenía que tener algún sirviente, dominar la manipulación o control sobre las criaturas, aunque tuvieras habilidades de combate, el brujo siempre tenía la colaboración de algún, animal, bestia, criatura, demonio, ser angelical caído, golem elemental, algo, alguien a mi servicio. Eso mismo estábamos buscando en estas llamativas Crestas.

                -¿Qué tal te parecen los pescados Rohxo?

                - están deliciosos, si tenemos algún avance en tu entrenamiento o lo que busco, volveremos a repetir esta hazaña.

                -jajajajaja a mí me parece excelente necesito mucho pescado para volverme más fuerte

                -claro que comeremos bien, tenemos que estar preparado para todo

                -Rohxo ¿podríamos dormir una pequeña siesta por esta vez?

                -por esta ocasión lo haremos pero mantente atento, este sector no es de fiarse completamente.

-Mientras estaba durmiendo a diferencia de la primera vez que había escuchado la melodía sabía que era Rohxo era el que estaba tarareando la misma canción cuando estuve en los tótems con Eajep, otras veces tallaba un una flauta de madera tocando otra tonada más suave pero con un dejo más triste.

- No Sabía nada de los orígenes de Rohxo tan solo la relación que tenía con Treouknu .  Después de despertar de la siesta Argod apoyo su espalda en una roca mientras le daba cuidados a su espada, cuando tenía restos de animales la engrasaba, sino tenía la mantenía lo más brillante posible aunque de un acero opaco. En la aldea Agrondium no se veía muchas armas de ese material la mayoría estaba hecha de cobre o aleaciones mezcladas con eso. La espada era una de las pertenecías de Treouknu que se la había prestado Rohxo. La otra arma de Argod eran un par de Dagas que le había regalado Rohxo después de haber entrenado dos años y medio con ellas. Ambas tenían gemas en su empuñadura para ir acumulando energías en ellas.

-Argod vete preparando que ahora iremos a recorrar la cima

-¿tendre que llevar algo en especial?

-con lo que llevas será suficiente, aunque posiblemente pasemos la noche cerca de los alrededores.

-como digas

El clima estaba nublado anunciando un día despejado, bastante agradable para llegar a la cima o pasar la noche, eso los tranquilizaba. Los mensajes enviados por Labhol de las historias, habilidades de Eafed estarían por llegar al igual que los reportes de cómo estaba Eajep. Según los cálculos de Rohxo aún le quedaban semanas para solucionar la compañía que debía tener Argod, idealmente solucionarlo antes que descendieran de las Crestas del dragón Negro.





Continuara…


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