domingo, 1 de febrero de 2015

Haiborot

Capítulo I: “Llenando la mochila”



                              
                               Habíamos acabado el periodo de clases del primer semestre, había sido una jornada algo difícil, lo más curioso que en un mundo tan tecnológico como el nuestro, la compañía Gramos Sorlux había logrado de tal manera su perfección de la tecnología inteligente que las maquinas se confundían perfectamente con las mascotas. Mi amigo Marcelo siempre me comentaba por internet que se encontraba bajando aplicaciones para su pequeño escarabajo llamado Tony el pelusa. Cuando iba a su casa siempre me daba risa por las excentricidades que hacía y la interacción que tenía con Marcelo. Siempre quise tener mascota de Gramos Sorlux. Lo único que hacías para mantenerlos era tener un cargador electrónico o solar. A la mañana siguiente de haber ido nuevamente a visitar a Marcelo me había propuesto ir por la tarde  al mercado a comprarme algo para entretenerme en las vacaciones de invierno.

                La gran mayoría de los comerciantes tenían una gran gama de productos en esta fecha debido que en un mes más venia el día del niño, donde toda la población entraba en caos para sorprender a sus hijos, sobrinos, nietos o amigos. Yo tenía unos ahorros guardados, esta vez iba a sorprenderme yo mismo con el auto regalo que me iba hacer. Pregunte por varias tiendas los nuevos avances en tecnologías, consolas de juego, celulares último modelo. Mientras que buscaba algo para mi tía Dominga, me había encargado unos trazos de tela. Debido a eso le pedí a mi amiga Ximena que me acompañara, yo no entendía nada de telas, el único malo que me había sobornado con que le comprara y no podía ser galletas o algún helado. Quería que le comprara unos pircing o un anillo que le hiciera juego con las pulseras que ella fabricaba.

                Ir con mi amiga había sido una gran idea aunque levemente costosa, mate dos pájaros de un tiro ella había encontrado el trozo de tela y al lado de la tienda se encontraba una tienda de artesanías donde había un anillo que a ambos nos había gustado. Le encajaba perfectamente y le hacía un juego con sus pulseras. Además de las gracias me había ganado un gran sonrisa y una afectuoso abrazo que duro todo el camino hasta que encontré algo que me había llamado la atención, estaba en la vitrina de una tienda de cosas de oficina, era una vieja máquina de escribir que estaba en oferta por que le faltaba la los bordes para apoyarse. Al verla me enamore de ella. Por suerte estaba a buen precio y pude llevármela.

                Ahora que tenía las compras hechas Ximena no me  soborno, ahora estaba ofreciéndome con insistencia ir conmigo donde mi tía Dominga a entregarle el trozo de tela debido que ella leía el tarot. En nuestra familia existían varias personas que estaban con el asunto de adivinación o tenían atracción con personas que vivían situaciones raras en su vida cotidiana. Según mi apreciación solo veían uno de los posibles futuros que uno podía tener y al creerlo se podía tornar más real según el grado de aceptación de dicha premonición. Llegamos antes de la hora de tomar once, deje a Ximena con mi tía Dominga para volver luego  a casa para probar el estado de la máquina de escribir.

                Lo primero que hice al llegar a casa fue encender la computadora, siempre cuando llegaba a casa la wi-fi del celular me avisaba que Marcelo me había mandado información para que no perdiera tiempo y me comprara una mascota de Gramos sorlux, aún estaba tentado pero me faltaba algo de dinero para comprarme el modelo que me gustaba. Era un robot cabezón sin cuello que se destacaba por recolectar metales para crear distinto tipos de armamentos. Mientras la computadora estaba lista, ordene un poco la pieza, busque un mueble para apoyar mi nueva vieja máquina de escribir. Fui a buscar hojas de oficio en la pieza de mi hermano Alfonso. Tenía todo listo, solo de paso fui a la cocina a buscar un vaso con jugo.

La mayoría de información que me había enviado Marcelo estaba basada en la página de Gramos Sorlux que estaba promocionados nuevos artículos en oferta, eran distintos cargadores de energía, algunas partes para modificar los brazos, piernas, cabeza, tronco y algunos  procesadores para agilizar al robot. Sin duda me había tentado mucho más, por los precios que se acercaban bastante a mi bolsillo. La otra opción que me quedaba era pedirle prestado a una amiga en común que tenía con Ximena, Lucia era una niña bastante simpática, un poco mandona pero ella podía prestarme algo de dinero si yo por una buenas semanas le ayudaba con sus labores en casa.  Me encantaba cocinar, jardinear en su casa porque mantenían siempre el pasto bien cuidado durante todo el año. Como ya era de noche llame a Ximena para ver cómo le había ido con mi tia Dominga, estaba tan pensativa porque tenía un futuro incierto. Me pregunto cómo estaba mi maquina vieja. Si íbamos a salir otro día por que esta vez quería sobornarme con que le comprara un colgante. Esta vez a pesar de su entusiasmo solo tenía en mente dos cosas juntar el dinero para mi robot Cabezón e escribir las nuevas historias que tenía en mente antes de publicarla en mi página de historias de Fantasía y Ciencia ficción.

                Mientras caminaba por la mañana Marcelo buscaba donde había dejado las nuevas partes que había comprado por internet que potenciaban la fuerza de agarre y empuje de Tony, a esas horas se encontraba cerca de la plaza que quedaba a quince minutos de su casa, en la mayoría de las plazas se congregaban varios personas a dar a conocer las habilidades, capacidades y las nuevas partes que había adquirido después del oferton de Gramos Sorlux. Tony siempre tenía la mala costumbre de lanzar pequeños papeles mojados a todos los que tenían capacidades inferiores a él. Marcelo a veces lo corregía o actuaba que lo arretaba cuando se daban cuenta de lo que estaba haciendo.

                A las fueras de la casa de Lucia se encontraba Alexander que  estaba dispuesto a todo para conseguir que su amiga le prestara algo de dinero para comprar al robot cabezón. Tocaba la reja y llamaba a la puerta, pero nadie respondía, se estaba dando por vencido, pero prefirió quedarse sentado en el suelo unos minutos por si llegaba su amiga. Le sonaban las tripas porque se había levantado temprano y no había tomado desayuno
                Tony con sus nuevas partes corría como loco, apuntaba con su brazo derecho lanzaba una cuerda acerada a los postes cercanos se elevaba con bastante facilidad y de ahí descendía planeando con sus alas. Todas las acciones que ejecutaba a lo lejos Marcelo lo iba grabando para mostrarle los progresos a Alexander.

                Estuvo varios minutos llamando por celular, intentando comunicarse, sonaba, sonaba ocupado. Ximena ya se estaba poniendo de mal carácter porque Alexander no le había ofrecido y tampoco se había puesto de acuerdo en una hora determinada para salir los dos a ver a Lucia. En este instante Alexander se encontraba dormido a las fueras de la casa, una niña se sentó junto a el apretándole los cachetes.
- Por lo visto debes querer que te preste dinero nuevamente si te has quedado dormido sentado esperándome.
- Te has vuelto toda una adivina mí querida, dulce, tierna amiga Lucia.
- No es necesario que me adules tanto, solo dime rápido lo que quieres, que vengo cansada después de salir a trotar por la mañana.
- Pues bueno tu veras, creo que te has enterado que Gramos sorlux esta semana tiene varios productos con buenas ofertas. Si es posible me gustaría que me facilitaras un poco de dinero, así podre tener a mi robot Cabezón.
- Si mal no recuerdo Alexander hay una buena oferta de 2x 1 aprovechare de comprarme una robot, es un dragon gordito morado asi de paso no tendrás que pagarme nada por tu robot Cabezon. Eso sí me tendrás que hacer unos buenos masajes todo este mes cuando vuelva de correr ¿aceptas mi trato?
- Por supuesto que sí! Te amo amiga mía! Por fin tendré a mi propio robot!

Como estaba tan entusiasmado por la adquisición de su robot Alexander se le había olvidado responderle a las llamadas perdidas de  Ximena. Sobre todo porque ahora estaba en la habitación de Lucia, ella estaba ingresando los datos para hacer la compra de los robots en la computadora. Mientras tanto él le hacía masajes en la espalda. La encontraba bastante atractiva no era muy delgada, tampoco era muy exuberante, tiene el cabello castaño oscuro con unos ojos tornasol que cambiaban de color dependiendo de las luces o si tiene hambre. Es pequeña media casi un metro sesenta, entonces el podía apoyarse fácilmente si es que ella le dejase poner su pera sobre su cabeza. Alexander no se tenía mucha confianza en si mismo, además Lucia tiene un carácter muy fuerte, decía las cosas a la cara aunque las demás personas la podían llegar odiar, era como si fuese un amigo más, porque tampoco era muy femenina y sentimental. Él pensó muchas veces que tal vez él podría ofrecerle más que una amistad, pero ella tenía muchas cosas que a el la asustaban un poco. Ella siempre ha tenido buenas notas, es bien deportista, con un buen equilibrio y agilidad excepcional, una belleza bastante distinta a las mujeres normales de su edad. Cada vez que la podía observar la contemplaba de lejos, quedaba embobado como una chica con tantas habilidades se podría fijar en el como amigo. Por otro lado tenia a Ximena que aunque siempre lo extorsionaba, siempre lo agasajaba con abrazos de mucha ternura y una sonrisa contagiosa. Ambas eran incondicionales y buenas amigas. Eso le complicaba de sobremanera no quería perder su amistad por desear algo mas con ellas.
-Listo Alexander nuestro Robot podemos ir a buscarlos ahora mismo a la tienda o esperar que lleguen a nuestros domicilios mañana por la mañana. Me siento algo cansada por el trote aunque bien relajada por tus masajes. Si quieres nos podemos quedar viendo alguna anime o serie que nos guste, pero si tienes más cosas que hacer lo dejamos para otro día. 

 Lucia como siempre lo miraba directamente a su cara casi atravesando sus ojos como una lanza filosa y cristalina. Alexander por tanto tiempo que le estuvo haciendo masajes se sentía algo nervioso, quería seguir junto a lucia, pero también tenía latente su nuevo robot cabezón que tanto deseaba. 
-Alexander te prepongo  que veamos solo un capítulo de la serie de vampiros y de ahí me acompañas a buscar nuestros robot ¿Qué te parece? 
-Me parece un trato justo.
- Eso sí mientras tendrás que terminar el masaje.

Durante toda la mañana Marcelo estuvo entrenando con Tony, se enfrentó a varios oponentes con sus nuevas partes, ninguno se le podía comparar uno a uno, debido a eso los siguientes enfrentamientos opto por que fuese uno contra tres. Se le hizo más complicado. No podía vencerlos llegando a terminar en empate.
Las batallas de los robots Gramos Sorlux se dividían en varias fases. Primero la presentación de tu acompañante, el terreno de la competencias de las habilidades y el tiempo de duración. Segundo las condiciones de victoria, tercero las puntuaciones de ambos y los logros del ganador. Marcelo siempre buscaba información de los mejores robots que habían diseñado, todas sus estadísticas, conocimientos estratégicos de guerras, siempre se encontraba bien informado. En el momento de descanso se dirigió a un carrito que estaba cerca de la plaza, vendían churros normales, crema y manjar. Después de comprar una bolsa de ellos cuando estaba a punto de Salir del sector de la plaza, se encuentra que estaba Ximena en una banca sola sentada, no se veía muy animada observando su celular. Tony el pelusa rodeo  a Ximena tocándole la espalda para ver qué cara ponía, Marcelo no la conocía muy bien, pero sabía que era amiga de Alexander. No reacciono ante el toque de Tony pero cuando Marcelo llego ofreciéndole un churro lo miro y lo acepto.
- Hola Marcelo ¿como estas?
-Hola Ximena ¿ bien y tu?
-Yo bien pero parece que tu no tanto.
- Hace tiempo que no sabía de qué has estado haciendo, por lo visto a diferencia de Alexander uno te podría encontrar en algún lugar específico y no te desaparecerías de la nada del mundo.
- (El levanto una ceja) Entonces pareciera que mi amigo te ha incomodado ¿qué ha hecho el?
 Ella tomo su celular y se lo entrego. - Pero porque te sorprendes, tu sabes bien como es Alexander, cuando encuentra algo que le llama la atención tiende a desparecerse del mundo.
-No es por defenderlo pero imagino que sabes que no ha sido intencional por parte de él. Ya lo encontraras te lo aseguro.
Estuvieron una hora más cercanos a la hora del almuerzo, cuando se estaban a punto de comer todos los churros. Tony vio a lo lejos un robot cabezón que buscaba metales por todas partes y un dragón gordito morado que lo acompañaba que tenía que ir deprisa para alcanzarlo.
Mucho más atrás venia Alexander con una sonrisa de oreja a oreja junto a Lucia. Cuando ambos robot estuvieron a una distancia Tony salió a toda velocidad para comprobar que habilidades tenían Cabezon con dragona. Primero les disparo unos papeles mojados, cabezon esquivo los primeros y activo su escudo de energía para no ensuciarse en cambio dragona prefirió hacer una barrera de vapor duro con las llamas y una sustancia que le brotaba de los hombros.
El combate se estaba tornado entretenido para Tony pero cuando Ximena vio a Alexander junto a Lucia se enojó más, les grito por ultimo debes ver tu celular o confirmar tus planes. Cogio se celular y se fue para su casa. Antes que Alexander fuese corriendo detrás de ella Marcelo lo detuvo y le explico lo que había ocurrido.
Ahora que ambos tenían sus robot Marcelo le explicaba paso a paso toda la informaciones que tenía sobre los mejores robot, como se desglosaban las batallas, cuáles eran los mejores ataques, defensas, estrategias de los robot de la compañía Gramos Sorlux.

               
                                                                                                                                            
Continuara…

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